-Pero lo hago, y lo lamento-responde la sombría Samara Morgan-Nunca se detendrá."
Ya sé que se esperaban a la tétrica morocha sentada en la silla, pero no; una familia de chicitos. |
Hoy, esta frase que archivé en mi memoria por tratarse de una de mis historias favoritas, adquiere un nuevo e inesperado significado (digo inesperado porque nunca pensé que la iba a terminar relacionando con algo de mi vida); "Pero lo hago, y lo lamento. Nunca se detendrá".
Claro que no me confino a vivir en un pozo ni a emerger de las pantallas para matar tele-videntes todavía, sino que sinceramente no voy a cambiar mi forma de ser: va contra mis reglas abandonar mi naturaleza friki y, aunque lo intentara, no resultaría. Ya es tarde.
Viajo en el 60 rumbo a una fiesta viendo al resto de la gente de mi edad a mi alrededor: tomando, fumando marihuana, hablando de quichicientas marcas de bebidas alcohólicas, algunos expresándose con una papa incrustada en la boca, las chicas uniformadas con esos vestiditos rayados que de milagro les tapan la cola, insultándose entre chicos y chicas, escuchando reggeatón...No sólo me sentí muy descolgada, sino que además me pregunté qué rayos estaba haciendo yo ahí. Mi vestuario era negro y blanco, creo que muy oscuro, pero uno de esos que se distinguía del resto, al menos. Me gusta vestirme de negro. A veces creo que con los colores pasteles ya no encajo.
La cuestión no pasa por el ropero, los colores pasteles, budines o el platillo dulce que a usted se le ocurra. El tema es que reconozco que tengo gustos "extraños" y que mi perspectiva de la vida no sigue lo que está de moda. Sé que puedo parecer rara y que algunos piensan que estoy perdiendo el tiempo en muchas cosas; lo lamento por ellos. Siempre recibí muchas críticas, pero nunca me arrepentí. No puedo ser lo que no soy.
No es mi culpa que el hecho de que Alucard en Castlevanya haya tenido un hijo con Sonia Belmont y que nunca conoció me resulte más interesante que salir a bailar un viernes a la noche. No es mi culpa que prefiera leer Carmilla antes que ver la última ficción de Cris Morena o Showmatch. No es mi culpa que me exalte más hablar sobre Michael Myers antes que hablar sobre parejas y hoteles; como tampoco fue mi culpa que escribir fan fictions sobre Sadako (ahora sé que se llaman fan fictions xD) me pareciera más sofisticado para mi edad antes que "tranzarme" a un muchacho.
Teníamos 13 años, o 12; no recuerdo. Comité de amigas en el banco, donde una contaba angustiada las penurias que le hacía pasar su amor platónico (o no tanto; tampoco lo recuerdo). Las otras chicas trataban de consolarla, mientras yo contemplaba como un biólogo a una especie curiosa jamás descubierta. La chica relataba su anécdota en la matiné, cuando de repente soltó que tuvo que tomarse como 3 Speed para "tener onda", dado a su depresión tan terrible. En seguida hice un gesto irónico ante semejante ridiculez, buscando la complicidad de la amiga que tenía en frente; pero ésta reaccionó molesta:
-¡No deberías reaccionar así!-me dijo indignada-¡Vos ya deberías buscarte un novio en vez de seguir escribiendo historias de terror!
Aprovecho, entonces, este humilde espacio para pedir disculpas, debido a que no tuve la madurez suficiente para entender que una a los 13 años tiene TANTOS problemas y TANTAS angustias y se enamora TAN profundamente como una mina de 25, y que ya a esa edad necesita reponerse en base al consumo de una bebida (sea ésta alcohólica o no).
MORALEJA: cuando te dicen que sos raro, hay un 50% de probabilidades de que, en realidad, los raros sean los otros, lo cual explica por qué tu normalidad les resulta rara (sé que es difícil, pero después de releer esta oración unas cinco veces, le encuentran el sentido).
No es mi culpa que el hecho de que Alucard en Castlevanya haya tenido un hijo con Sonia Belmont y que nunca conoció me resulte más interesante que salir a bailar un viernes a la noche. No es mi culpa que prefiera leer Carmilla antes que ver la última ficción de Cris Morena o Showmatch. No es mi culpa que me exalte más hablar sobre Michael Myers antes que hablar sobre parejas y hoteles; como tampoco fue mi culpa que escribir fan fictions sobre Sadako (ahora sé que se llaman fan fictions xD) me pareciera más sofisticado para mi edad antes que "tranzarme" a un muchacho.
Teníamos 13 años, o 12; no recuerdo. Comité de amigas en el banco, donde una contaba angustiada las penurias que le hacía pasar su amor platónico (o no tanto; tampoco lo recuerdo). Las otras chicas trataban de consolarla, mientras yo contemplaba como un biólogo a una especie curiosa jamás descubierta. La chica relataba su anécdota en la matiné, cuando de repente soltó que tuvo que tomarse como 3 Speed para "tener onda", dado a su depresión tan terrible. En seguida hice un gesto irónico ante semejante ridiculez, buscando la complicidad de la amiga que tenía en frente; pero ésta reaccionó molesta:
-¡No deberías reaccionar así!-me dijo indignada-¡Vos ya deberías buscarte un novio en vez de seguir escribiendo historias de terror!
Aprovecho, entonces, este humilde espacio para pedir disculpas, debido a que no tuve la madurez suficiente para entender que una a los 13 años tiene TANTOS problemas y TANTAS angustias y se enamora TAN profundamente como una mina de 25, y que ya a esa edad necesita reponerse en base al consumo de una bebida (sea ésta alcohólica o no).
MORALEJA: cuando te dicen que sos raro, hay un 50% de probabilidades de que, en realidad, los raros sean los otros, lo cual explica por qué tu normalidad les resulta rara (sé que es difícil, pero después de releer esta oración unas cinco veces, le encuentran el sentido).
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