Todos sabemos los problemas que causa la discriminación día a día en el mundo.
Bien.
Ahora, a vos, que sos hombre, te planteo lo siguiente:
Supongamos que yo te financio una campaña contra la discriminación, un movimiento realmente multitudinario donde contarás con la cobertura de toda clase de medios periodísticos y patrocinadores. Por algún motivo x, esta campaña y/o marcha será realizada en Estados Unidos, sólo por citar un lugar concreto. Ahora, basándote en el contexto social, histórico y cultural de aquel país, ¿cuál de estas dos consignas elegirías para tu marcha?:
A) No a la discriminación contra los negros.
B) No a la discriminación contra los blancos.
¿Ya elegiste?
Probablemente hayas elegido el punto A. Si bien tanto vos como yo estamos de acuerdo en que NINGUNA etnia debe ser discriminada, sabemos que en determinado contexto, las personas negras sufren mucho más la discriminación que los blancos, ya que el standard de belleza y sabiduría propuesto por el sistema desde hace siglos consiste en ser caucásico, rubio y de ojos claros.
Ahora sí, vayamos al grano.
Seguramente hayas escuchado en estos últimos tiempos hablar mucho sobre la violencia contra las mujeres. Puede que te preguntes: ¿Y qué hay de la violencia contra los hombres?. Dejame responderte: tanto vos como yo estamos totalmente de acuerdo en que no hay que pegarle ni agredir verbalmente A NADIE. Pero más allá de esto, como acabamos de ver en el ejemplo de recién, tanto vos como yo concordamos en que a lo largo de la historia han habido grupos más vulnerables que otros.
Te propongo algo:
Buscá en Internet las estadísticas de cuántos hombres son asesinados por mujeres al año.
¿Asustado?
Ahora buscá en Internet las estadísticas de cuántas mujeres son asesinadas por hombres al año.
¿Sorprendido?
Así como un niño o un anciano están en clara desventaja física frente a un adulto joven, las mujeres en general tenemos cuerpos más delicados que ustedes, no contamos con la misma fuerza o resistencia a los golpes. Pero este no es nuestro único problema; durante siglos hemos sido criadas para ser sumisas y obedientes de ustedes, especialmente de nuestros padres o nuestras parejas. ¿Tenés idea de lo difícil que es borrar estos conceptos de nuestras mentes, transmitidos de generación a generación? Supongo que debe ser como si te pidieran que por una hora no pienses en tu idioma o que cambies para siempre tu nombre.
Muchas mujeres tenían problemas con sus maridos porque no siempre estaban de acuerdo con todo lo que ellos pensaban, vivir siguiendo la voluntad de otros sin seguir la tuya propia debe ser horrible. Pero de todas formas, ese era el inconveniente en los mejores casos porque...¿qué pasaba si una mujer tenía la mala suerte de servirle para siempre a un esposo malvado, violento y cruel? ¿Cómo hacía para huir de esta situación si toda la sociedad se ponía de parte de su esposo, sin importar cómo fuera éste? ¿Qué futuro le esperaba a esta mujer y a sus hijos por venir?
Yo sé que si el día de mañana me toca competir por un puesto de trabajo y mi contrincante es una persona de tez oscura, es mucho más probable que a mí me den el puesto no porque yo sea más apta que mi rival, si no porque soy blanca. Reconozco que hay gente en mayor situación de desventaja que yo y eso no significa que yo sea mala o que sea mi culpa. Sólo me convertiré en cómplice de esta injusticia cuando no haga nada por cambiarlo.
No estoy diciendo que vos seas malo o que tengas la culpa de esta terrible situación que nosotras estamos pasando. Sólo pretendo que, en lugar de ofenderte y buscar excusas para contra atacarnos, entiendas que muchas cosas que a vos te favorecen (y está perfecto que así sea), a nosotras nos perjudican. Y en serio.
Yo sé que esto para vos puede ser difícil porque te debe costar mucho entender cómo algo que para vos es tan fácil a nosotras nos cuesta tanto. También se te debe complicar a la hora de imaginarte problemas que, gracias a Dios, nunca tuviste que plantearte.
Quizás nunca tuviste miedo sobre las consecuencias que te podría generar salir a la calle con tal tipo de ropa.
Quizás nunca te pasó escuchar comentarios sexuales de gente adulta hacia vos teniendo tan sólo diez años.
Quizás nunca te pasó que te gritaran cosas obscenas en la calle, y sobre todo, temer que esas palabras se conviertan en acciones.
Quizás nunca te pasó de volver a tu casa, mirar tu insulsa remera y tu jean para nada especial y preguntarte: ¿Qué fue lo que hice mal?
Quizás al caminar solo en la calle oscuras temiste que alguien te robara o te matara, pero quizás nunca temiste que te violara y/o te llevara tan lejos que no pudieras ver a tus seres queridos nunca más.
Quizás ni se te pasa por la cabeza que podrías correr el riesgo de terminar en una red de trata.
Quizás nunca temiste que te siguieran en la calle.
Quizás nunca te contuviste de preguntarle algo a un desconocido por miedo a sus intenciones o a que piense que te estás regalando.
Quizás cada vez que cuentas que te pasó algo malo, la gente te escucha o te consuela, en vez de buscar mil y un argumentos para echarte la culpa de todo.
Quizás cuando tuviste los cambios hormonales en la adolescencia te pusiste contento en lugar de deprimirte porque ahora serías el foco de burlas y comentarios obscenos en cualquier lugar.
Quizás nunca se te ocurrió plantearte qué harías si tu novia te levantara la mano.
Quizás no tengas una novia o una esposa o una hija. Pero seguro tendrás una madre, una abuela, una hermana, una tía, una amiga a la que quieras mucho o esa maestra de la primaria que era tan dulce con vos. Quizás ellas puedan decirte en carne propia lo que se siente.
Sí, lamentablemente a ellas también les puede pasar. Han estado en riesgo toda su vida y lo seguirán estando; la única forma de protegerlas es bajando las probabilidades si vos y yo hacemos algo.
No nos ataques, porque no te estamos atacando.
No te defiendas, porque no te estamos culpando de nada.
No nos trates de locas, porque no lo estamos.
No te rías, porque esto no es un chiste.
Nosotras no queremos sacarte nada ni perjudicarte. No queremos hacerte daño. Nosotras a ustedes los queremos mucho y de diversas maneras, ustedes nos trajeron y nosotras los trajimos a ustedes.
Lo único que te pedimos es que, aunque sea con tu comprensión, con las pequeñas acciones del día a día, por favor nos ayudes...
Porque hay muchos hombres malos que nos están matando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario