11 de septiembre de 2015

La soga (1948), una peli inquietante


La soga (The rope, 1948) es una película de suspenso dirigida por el maestro de este género, nada menos que Alfred Hitchcock quien, por si todavía no lo ubican, también dirigió la famosísima Psicosis, que aún hoy sigue vigente en la mente de los espectadores a pesar de los años.
En esta ocasión, no sólo nos vamos a encontrar con un argumento muy atractivo, sino que también nos encontraremos frente a un verd
adero experimento cinematográfico, del que les hablaré más abajo. 

Dirección: el de Psicosis Alfred Hitchcock
Guión: Ben Hecht y Authur Laurents, basado en la obra de Patrick Hamilton. 
Producción: Sidney Bernstein 
Protagonistas: James Stuart, John Dall y Farley Granger. 
Distribuidora: Warner Brothers 

¿De qué trata?: Brandon y Phillip acaban de estrangular a su amigo, David. Sacar el cadáver fuera del departamento a escondidas para deshacerse de él debería ser algo sencillo, si no fuera porque, para esa misma noche, han programado celebrar una velada con conocidos y familiares de la víctima. Será el deber de ambos caballeros procurar que los invitados no sospechen sobre  el extraño clima que rodea la fiesta y mucho menos que se pregunten qué hay dentro de la curiosa arca de madera…




Si pensás organizar una reunión familiar
con onda, no dudes en llamar a estos dos. 
El experimento del que les hablé tiene que ver con el montaje invisible que se implementaba en Hollywood durante la década del 40-50. Mientras que el cine soviético se caracterizaba por evidenciar los cortes de la cámara, intercalar imágenes, ralentizar, acelerar (los videoclips le deben mucho a esto) y crear un montaje que no sea realista pero que sirva para expresar determinado tipo de emociones, Hollywood prefería optar por la tendencia contraria; que el espectador no notara las tomas o cambios de plano, que las escenas transcurrieran delante de sus ojos con absoluta naturalidad, como si realmente él estuviera allí, espiando a través de una ventana imaginaria lo que sucede.  Uno de los experimentos más extremos que se han llevado a cabo fue precisamente esta cinta, La soga, donde si prestan atención, van a notar que…
¡Casi no tiene cortes!

La soga consiste en pocas tomas y planos secuencia bastante largos donde la cámara se desplaza constantemente para seguir a los actores y cambiar de habitación o mostrarnos algún detalle que sea importante y así no tener que pasar a otro plano, lo que por otro lado quiere decir que prácticamente fue filmada casi de corrido, sin parar, como si se tratara de una obra de teatro. ¡Y eso que el guion no es nada sencillo! Los pocos cortes que hay se deben a que las cámaras sólo podían grabar de corrido hasta 10 minutos, pero para no cortar con la continuidad de la película, cortaba en un plano de la espalda de un personaje (generalmente Brandon) y luego seguía filmando a partir de allí. Así que, si quieren averiguar en cuántas tomas se hizo esta película, basta con que cuenten las veces en que la cámara es tapada por una espalda.

"El asesinato es, o debería ser, un arte."
Rupert Cadell


Lo malo: el argumento se centra mucho en lo que pasa mientras dura la película y no en lo que pasó, en la historia detrás de cada personaje, lo cual puede dejarnos con algunas preguntas, inclusive cuando la movie termina. De todas formas, la premisa que propone este argumento no es convencional, así que tampoco esperemos respuestas o explicaciones convencionales.

Lo bueno: absolutamente todo el resto, sobretodo la trama y la manera tan fácil en la que se puede crear buenos momentos de tensión. Las actuaciones son muy buenas (aunque claro que los que más se lucen son la dupla principal) y además, cada personaje tiene su personalidad muy marcada y algo que aportar al público, tenga que ver directamente con el crimen o no; el personaje que yo destaco especialmente es el de la señora Wilson.

Como toda película vieja clásica, hay muchísimo diálogo, pero es muy interesante no sólo por la cuestión filosófica que se plantea en un determinado momento, sino también porque los personajes a lo largo de la cinta tiran frases que me parecen geniales y dignas de apuntar en la memoria, o al menos, en un cuaderno.
Demasiado creepy...


Finalmente, este particular experimento no resultó y le sirvió a Hitchcock para entender la importancia del montaje y el abanico de posibilidades tan grande que éste ofrece. Sin embargo, a mí personalmente el método de filmación utilizado no me molestó y si bien yo también soy partidaria del montaje, creo que para esta película la experiencia sí valió la pena ya que no se trata, como se pudo haber esperado de otros directores, de puro teatro filmado; el gran logro de La soga es que por un momento creemos que nosotros también estamos participando de la fiesta, parados junto al resto de los personajes, como un testigo fantasma.   

Conclusión: para los cinéfilos o los estudiantes de cine, está película será muy interesante por su montaje invisible extremo. Para los que esto les chupa un huevo no se interesan por los aspectos técnicos, La soga será una muy buena historia de suspenso que no te dejará moverte de la silla. En ambos casos, despliega mucha originalidad.

Veredicto final: Buscala YA mismo en Yotuve


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